«A obra-prima é uma sinfonia tocada nos nossos melhores sentimentos. Ao toque mágico do belo as cordas mágicas do nosso ser despertam, vibramos e alegramo-nos em resposta à sua chamada. A mente fala à mente. Escutamos o que não foi dito, fitamos o que não foi visto. (…) Memórias há muito esquecidas regressam a nós com novo significado. Esperanças sufocadas pelo medo, desejos que não ousamos reconhecer, avançam em nova glória. A nossa mente é a tela onde os artistas colocam a sua cor; os seus pigmentos são as nossas emoções; o seu «chiaroscuro» a luz da alegria, a sombra da tristeza. A obra-prima é de nós próprios tal como nós somos da obra-prima.
(…)
Para compreender uma obra-prima tendes de rebaixar-vos perante ela e aguardar com respiração contida a menor das suas elocuções.»
Kakuzo Okakura; O Livro do Chá
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Para compreender uma obra-prima tendes de rebaixar-vos perante ela e aguardar com respiração contida a menor das suas elocuções.»
Kakuzo Okakura; O Livro do Chá
«Coro:
Muchas cosas hay portentosas, pero ninguna tan portentosa como el hombre; él, que ayudado por el noto tempestuoso llega hasta el otro extreme de la espumosa mar, atravesándola a pesar de las olas que rugen, descomunales; él que fatiga la sublimísima divina tierra, inconsumible, inagotable, con el ir y venir del arado, año tras año, recorriéndola con sus mulas.`Con sus trampas captura a la tribu de los pájaros incapaces de pensar y al pueblo de los animales salvajes y a los peces que viven en el mar, en las mallas de sus trenzadas redes, el ingenioso hombre que con su ingenio domina al salvaje animal montaraz; capaz de uncir con un yugo que su cuello por ambos lados sujete al caballo de poblada crin y al toro también infatigable de la sierra; y la palabra por si mismo ha aprendido y el pensamiento, rápido como el viento, y el carácter que regula la vida en sociedad, y a huir de la intemperie desapacible bajo los dardos de la nieve y de la lluvia: recursos tiene para todo, y, sin recursos, en nada se aventura hacia el futuro; solo la muerte no ha conseguido evitar, pero si se ha agenciado formas de eludir las enfermedades inevitables. Referente a la sabia inventiva, ha logrado conocimientos técnicos más allá de lo esperable y a veces los encamina hacia el mal, otras veces hacia el bien. Si cumple los usos locales y la justicia por divinos juramentos confirmada, a la cima llega de la ciudadanía; si, atrevido, del crimen hace su compañía, sin ciudad queda: ni se siente en mi mesa ni tenga pensamientos iguales a los míos, quien tal haga.»
Sófocles; Antígona